CHAPALA Y EL CONVENIO.


CHAPALA Y EL CONVENIO.
Por: B. Manuel Villagómez Rodríguez

El “Convenio sobre la disponibilidad, distribución y uso de las aguas superficiales de propiedad Nacional del área geográfica Lerma Chapala”; que fue firmado en septiembre de 2005 por los jaliscienses Enrique Dau, Francisco Ramírez Acuña, Héctor Pérez Plazola y Alberto Cárdenas y que pasó por un proceso de negociaciones para enterrar el convenio de 1991 que dejaba Don Guillermo Cosío que contemplaba, entre otros puntos, procurar que al Lago de Chapala le llegara agua suficiente para su conservación y debidamente tratada, concepto que, hasta hoy, no se ha cumplido pese al trabajo del Consejo Consultivo de la Cuenca Lerma Chapala, del Comité Técnico Hidráulico y de todas las reuniones que se han tenido y que incluso, a algunas hemos asistido.

Al actual convenio se le tituló “Política Óptima Conjunta” y, en cuanto a lo óptimo simplemente no lo vemos, porque en el debate actual de si se desvía o no agua que le corresponde al Lago de Chapala y la CONAGUA no nos diga qué cantidad de agua ha entrado a la Presa del Mezquite y, de esa agua, cuánta se ha designado al Lago de Chapala y cuánta al Distrito 87, simplemente como dijera Galileo: “más sin embargo, se mueve”. El convenio en cuestión debe ser llevado a revisión y hacer un cambio en la Ley Nacional de Aguas para que el Director del Organismo Cuenca Lerma Chapala Santiago Pacífico, no sea al mismo tiempo el Secretario Técnico de la Cuenca porque esto lo convierte en juez y parte.

En la Comisión Especial de la Cuenca Lerma Chapala de la Cámara de Diputados, planteamos esta necesidad y que participen los Congresos de los 5 Estados de la Cuenca, el sector académico y, que los representantes de los usuarios no sean todos de Guanajuato; respetando que el trabajo técnico sustentado en los algoritmos, que a veces más confunden que aclaran la situación del Lago de Chapala y, que por cierto fueron bien cobrados por los especialistas que trabajaron más para justificar el bajo nivel del agua que para procurar su conservación ecológica, al estar privilegiando almacenamientos de excedentes de escurrimientos sin control cuando el temporal de lluvias es abundante pero, en la práctica resulta que ese criterio también se aplica cuando el temporal es escaso. Estamos conscientes de que a partir del 13 de abril de 1989 se inició un debate entre Guanajuato y Jalisco por el agua del Río Lerma, debate que ha adquirido características de guerra por el agua del Río Lerma primero y, a últimas fechas por la del Río Verde, las pruebas están en la prensa, lo que hace todavía más urgente la necesidad de un nuevo acuerdo que establezca reglas claras para cada Estado de ambas cuencas, en virtud de que en los últimos 18 años los servidores públicos de Jalisco han demostrado más interés por dejar contentos a los sectores agrícola e industrial de Guanajuato que de Jalisco, ya que los jaliscienses hemos tenido que recurrir incluso a la SCJN interponiendo una Controversia Constitucional, demandando la nulidad absoluta del acuerdo de Emilio González por su entreguismo a Guanajuato. Por lo antes expuesto, reiteramos la necesidad de un nuevo acuerdo de distribución de las aguas superficiales que contenga un capítulo de cambio climático y que se cumpla, ya que en el actual están previstas muchas acciones que hasta el día de hoy no se les ha dado cumplimiento porque, quienes nos representan como vocales no hacen su trabajo ni tampoco los servidores públicos que integran el Consejo de la Cuenca y los demás organismos ahí previstos, de todas estas anomalías en la aplicación del documento, es evidente que la víctima sigue siendo el Lago de Chapala por ser un lago que jurídicamente es huérfano, prueba de ello está en el Expediente de Hechos que elaboró la CCA del TLC, documento que está en el Senado porque ahí se demuestra cómo el Lago de Chapala ha sido afectado por la omisión en la aplicación de las Leyes Federales y sus reglamentos.

mvrfundacion@gpovillamex.com
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